Déjame ir.
No quiero ser Cervantes con la novela cumbre de la literatura española. No busco la esencia de Mozart, ni la grandeza de Einstein.
Yo, con mis sentimientos a flor de piel y mi sube y baja de emociones irracionales. Anhelo la capacidad de ser, de ser más, -cuál inconformista con su vida-.
Una espiral de preguntas, muchas sin sentido, se apoderan de mi.
Inexactitud, esa es la palabra con la que se explica el porqué de todo. Y ese porqué, no me deja en paz.
Inexactitud, esa es la palabra con la que se explica el porqué de todo. Y ese porqué, no me deja en paz.
Querer es poder, dicen. ¿Y qué pasa cuando uno no sabe lo que quiere?
Nos leemos pronto.
Besitos, Ana.
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